Aunque cada vez esté más popularizado el hecho de hacerse una cirugía estética, esto no deja de lado que las mismas no tengan sus complicaciones o secuelas. Aunque se la considera una intervención de rutina, se deben tener en cuenta una serie de precauciones fundamentales, como el total conocimiento de los riesgos y beneficios posibles. A saber…
La obsesión de la perfección
La estética, una rama de la filosofía, trata el problema de la belleza. Para Platón la belleza es una idea que se refleja en las cosas. Lo bello es tal porque participa en cierto grado de la idea que lo determina, y que nos transporta más allá de la apariencia inmediata.
Es así que lo que a cierta persona le resulta bello, quizás a otra no le parezca. Y así ocurre con las personas, no a todas nos gusta la misma gente. Hay hombres a los que les gustan las mujeres altas y flacas, pero también están aquellos que prefieren a las gorditas, o incluso quienes sólo se enamoran de la personalidad, yendo más allá de lo que todos ven.
Por desgracia la obsesión por la "perfecta" apariencia se ha transformado en moneda corriente. Años atrás sólo se ocupaban de lo estético quienes trabajaban con su imagen, como las actrices, las modelos, etc. Pero el tiempo todo lo cambia, y hoy es común que una secretaria, una periodista, un ama de casa, se haga algo en su anatomía para mejorarla; ya sea para conseguir un mejor trabajo, una pareja o la aceptación de los demás. Es así que la cirugía plástica se popularizó en el mundo en los últimos años, y son millones las personas que recurren a ella para solucionar, a veces, otros problemas que van más allá de su estética.
En la actualidad ingresar a un quirófano para embellecer o mejorar la imagen corporal es considerada una intervención de rutina, aunque se deben tener en cuenta una serie de precauciones fundamentales, como el total conocimiento de los riesgos y beneficios posibles. Además, y lo más importante, hacer una acertada elección del profesional y una intensa autoevaluación sobre los motivos que llevan a la misma.
Todo paciente tiene derecho a que se le expliquen los detalles de la cirugía, posibles riesgos y complicaciones, ventajas y desventajas de determinadas técnicas para así él poder hacer tomar una buena decisión.
En primer lugar, la persona debe estar emocionalmente estable y contenida, no depositar falsas expectativas en la operación (tales como recuperar una pareja, tener más éxito laboral, etc.) y estar preparada para afrontar el cambio de imagen. Por lo tanto, el cirujano deberá en la entrevista saber descubrir aspectos psicológicos ocultos en el paciente.
Una persona que se encuentra en un estado de depresión no está en condiciones de ser operada, y se debe entender entonces que el cirujano sólo puede mejorar las formas físicas, no los problemas familiares o espirituales. Por lo tanto, buscar al profesional idóneo es la tarea primordial. Se estima que por lo menos se deben consultar tres especialistas para poder comparar.
Es sabido que toda intervención quirúrgica sobrelleva una serie de riesgos inevitables, y las operaciones de cirugía plástica no están excluidas. No obstante, el porcentaje de complicaciones generales en esta rama de la cirugía es, según la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, más reducido. Esto se debe a que es una operación en la que la gran mayoría de las intervenciones no son intracavitaria (craneal, torácica o abdominal) y, además, requiere una anestesia menos profunda y se realiza en pacientes sanos.
Entre las operaciones más demandadas se encuentra el implante mamario, la cual es una de las que más riesgos conlleva. Las complicaciones que pueden surgir en el transcurso de la operación, o durante el postoperatorio, son dolor, deformidad o infecciones graves. Uno de los riesgos es la contractura de la cápsula, que suele aparecer tras la infección y puede necesitar una cirugía adicional para corregirla. Otro de los riesgos más comunes es la deflación, roturas o pérdidas que se pueden producir en los implantes, lo cual puede provocar una reducción en el tamaño de la mama, dolor o hinchazón.
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